Los hilos mágicos o hilos tensores se ha revelado como el tratamiento estrella para atajar los problemas de flacidez, descolgamiento, caída de tejidos y falta de tono facial o corporal de una manera rápida, indolora y no invasiva.
Aunque de manera inmediata se aprecia la tensión de los tejidos, realmente es pasados unos meses cuando se consigue el efecto deseado. Y es que el hilo produce una estimulación de la producción de colágeno y elastina en la zona donde se inserta y mejora la microcirculación sanguínea, lo que hace que se forme una matriz subdérmica de soporte (una especie de malla compuesta por nuestro propio colágeno) que aporta la tensión necesaria para conseguir el efecto lifting. Por ende, se consigue además un rejuvenecimiento global de la piel, aportándole vitalidad, elasticidad y una mayor luminosidad.
¿Qué zonas se pueden tratar con esta técnica?
En el rostro se consiguen buenísimos resultados para definir el óvalo facial y es la técnica más demandada para acabar con la flacidez del cuello. Además de elevar los tejidos que caen por efecto de la gravedad, el efecto tensor consigue difuminar las arrugas.
También es un excelente tratamiento para rejuvenecer nuestra mirada. Mediante la inserción de mini hilos tensores en la zona se alivia la caída del párpado superior y se eleva la cola de la ceja, por lo que puede resultar una excelente alternativa a la blefaroplastia.
En el apartado corporal, se revela como una gran opción para tensar abdomen, brazos, muslos y elevar glúteos