Hablamos con José Manuel Cazorla, franquiciado malagueño que ha conseguido el mejor resultado en el pasado mes de marzo en el centro d-pílate del Rincón de La Victoria (Málaga) y que en anteriores meses logró el mismo mérito en otro de sus centros, en el de la céntrica calle Don Cristián en Málaga.

José Manuel Cazorla es Propietario y Gestor de 3 centros d-pílate en Málaga.

¿Por qué decidió ser empresario?

Creo que ya venía así “de fábrica”, mi familia tiene mucho que ver, son incansables «emprendedores». Me apasiona crear, inventar, dar forma, administrar recursos en pos de un fin, simplemente hacer.

Me encanta una frase que oí hace tiempo: “un emprendedor hace posible que los sueños sucedan. Y si supieras lo que me gusta soñar…”

Realmente no hay nada más apasionante que hacer algo donde no había nada. Y si además se hace bien, y todos están satisfechos, el placer es mayor.

Aunque la verdadera razón tiene connotaciones más emocionales, y es que hay muchas personas que necesitan ayuda, ¿miramos hacia otro lado? Se puede ir de misiones a países ubicados a miles de kilómetros de aquí o hacerle la vida más fácil a los que tienes a tu alrededor. Cambiemos su realidad. Rompamos reglas. Y, para romperlas, primero hay que someterse a ellas, formar parte de la estructura, de la rueda y hacerla girar mejor.

¿Por qué eligió d-pílate como franquicia?

¿Has oído hablar de sensaciones? Me muevo por sensaciones, que no tiene por qué ser por impulsos. Por sensaciones y sentimientos, y es muy importante tener ese toque de suerte para encontrarte con gente capaz de reflejarlos, igual que harías en un espejo al mirarte, pero en este caso en el espejo de la vida. Partiendo de ahí, aposté por la posibilidad de franquiciar, y el arraigo a mi patria chica me hizo despertar el interés por una franquicia que fuera malagueña; resultó que el fluir me llevó a contactar con la mejor marca, con d-pílate. Una franquicia malagueña, premiada por la asociación de jóvenes empresarios por su brillante trayectoria. En continua expansión. Buena imagen y buen soporte al franquiciado. Adelante. Luego conocí al equipo humano del departamento de expansión y ellas hicieron el resto, me abrieron las puertas a una gran firma, con el mejor soporte y proyección, eran el espejo donde quería reflejar esas buenas sensaciones.

¿A qué debe su éxito?

Creo que el éxito, tal como lo entendemos, es algo circunstancial. Por tanto no se debe a nada, ni sirve para mucho. Es igual que el fracaso, son idénticos impostores (y no es una frase mía). A todos alguna vez les ha ocurrido algo, que han calificado como exitoso, y probablemente si les preguntáramos a qué se debe, dirán que no lo saben. Lo mismo que si fallan, tampoco te sabrían decir por qué. Hablarán de casualidad, de destino, de suerte…

En este caso, mi caso, no hablamos de éxito, sino del resultado obtenido por el continuado esfuerzo de un brillante equipo humano que tengo la enorme suerte de disfrutar todos los días. Y junto a nosotros, la marca, con su incansable trabajo y ganas de innovar y adaptarse a los continuos cambios.

Es más una forma de ser y actuar que un motivo o una circunstancia. Hay personas que transmiten éxito, aunque su vida sea sustancialmente mejorable, y en mi equipo las tengo. El éxito llama al éxito.

Recuerdo una reflexión relativa al éxito, venía a decir que el éxito se debe más a cuánta gente te sonríe, a cuánta gente amas, cuántos admiran tu sinceridad y la sencillez de tu espíritu.  Viene más bien referido a cuánta gente ayudas, a cuánta evitas dañar y si guardas o no rencor en tu corazón.  De si tus logros no hieren a tus semejantes.  Es sobre si usaste tu cabeza tanto como tu corazón, si fuiste egoísta o generoso, si amaste a la naturaleza y a los niños y te preocupaste de los ancianos.

Es acerca de tu bondad, tu deseo de servir, tu capacidad de escuchar y tu valor sobre la conducta. No es acerca de cuántos te siguen, sino de cuántos realmente te aman. Se trata del equilibrio de la justicia que conduce al bien tener y al bien estar. Se trata de tu conciencia tranquila, tu dignidad invicta y tu deseo de ser más, no de tener más. El resto viene solo.

¿Cómo ha conseguido que sus centros tengan el mayor crecimiento de toda la cadena d-pílate?

Proponiéndonos mejorar cada día. Todo el equipo éramos conscientes de que queríamos hacerlo… Y empezamos a dar pasos para alcanzar ese objetivo. Durante este tiempo me he dado cuenta de ser capaz de ayudar a quienes confían en mí a alcanzar niveles que nunca imaginaron, y a la vez ayudarme a mí a crecer. Que el resultado de la unión es mayor, exponencialmente, que la suma de cada uno individualmente.

Si tienes un gran sueño debes estar dispuesto a un gran esfuerzo para conseguirlo.

La motivación surge en el preciso instante en que nos comprometemos a crear una realidad que en aquel momento no existía pero que desde nuestra visión era posible y… voilà.

¿Qué consejos puede ofrecer a otros franquiciados para que obtengan rentabilidad?

Utilizar el constante apoyo de la marca y complementarlo con un trabajo continuado y apasionado. Todos los días hace falta inventar, inventar e inventar. Tienen un equipo humano envidiable, formación constante, atención al franquiciado, marketing y publicidad, redes sociales… Su know how es el mejor del mercado. Aprovechémoslo y seamos buenos gestores de ese brillante saber hacer.

– Ante la crisis, muchos piensan que no se debe arriesgar como empresario, ¿qué diría a los que opinan de esta manera?

Me entristece oír cada día a muchas personas decir qué mal va todo. Ante eso solo concibo una forma de actuar: luchar por cambiarlo. La acción nos lleva a cambiar lo que nos rodea. ¿Cuantas movilizaciones altruistas cambian caóticas situaciones? Una empresa no es una ONG, cierto, pero puede ser una organización donde no impere exclusivamente el ánimo de lucro, ¿verdad? ¿Se puede concebir una estructura empresarial donde todos luchen por un mismo fin y que a final de mes se obtenga un acertado equilibrio? De nuestra actitud depende el mañana. El trabajo apasionado es el camino más corto a la excelencia, la excelencia es la antesala del éxito, entendido como bien estar y bien tener. Y si lo aderezamos con la actitud, ese pequeño matiz, es lo que marcará la gran diferencia.